Ante las expectativas que significa un nuevo curso escolar, deseamos reactualizar las grandes directrices que orienta la acción educativa de nuestro colegio. Formamos parte de un Colegio que respeta y acepta la diversidad y focaliza su acción considerando las características individuales de cada uno de sus integrantes.
Aquí, cada alumno y alumna es reconocido y valorado en lo que es como persona y en lo que hace como estudiante. Cada uno tiene su propio sello personal, pero, debe además, compartir con los otros; esto es, con sus compañeros y compañeras, con el profesorado y con el resto de la comunidad educativa.
Este es un camino que empezaremos a recorrer juntos a partir de este instante, sabiendo aceptarse y aceptar, siendo afectivo y respetuoso e intentando lograr el mejor provecho de las capacidades que cada cual posee.
Nuestro gran objetivo como institución educativa es poder constituirnos en una verdadera comunidad que educa y forma, y que se desarrolla con el aporte de todas las personas que intervienen en ella. Al sumar cada uno sus esfuerzos en esta confluencia de voluntades, es como se pueden ir logrando los objetivos que la escuela tiene. Trabajamos en una sociedad que no acepta fórmulas fijas, en una imprescindible adaptación permanente en formas, métodos y objetivos sin abandonar los valores esenciales que nos dan identidad y pertenencia.
La colaboración entre familia y Colegio es la base del éxito en la educación de nuestro alumnado. Es imprescindible un fuerte compromiso con la labor educativa por parte de las familias, del profesorado y, también, del propio alumnado, compromiso asumido de verdad, con seriedad y con convicción.
La escuela debe buscar una mejora constante de calidad. Nuestro objetivo como Colegio es dar calidad y calidez en el grado más rico como garantía de todo lo demás.
A ustedes, padres y madres de nuestro alumnado, les compete ser los primeros responsables de la educación de sus hijos y hijas. Presten su apoyo y colaboración a la tarea escolar. La familia como primera instancia educadora es insustituible.
A nosotros, docentes, nos compete desarrollar y evaluar los procesos educativos en el Colegio colaborando de manera eficiente con la tarea educativa iniciada desde el hogar. Hoy se nos pide, fundamentalmente, que seamos conductores de procesos de aprendizaje y testigos de valores frente a nuestros alumnos.
Por último, que todos nuestros esfuerzos para este año escolar como comunidad educativa tengan un objetivo prioritario: la educación integral de los alumnos. Que podamos darles preferencia a los intereses comunes sobre los particulares. Y que llegado el fin del año nos encuentre a todos con la tranquilidad del deber cumplido.
No podemos terminar sin dar la bienvenida a los nuevos alumnos que se incorporan este año. A los más pequeñitos, a los de tres años y a los que se han incorporado en los cursos superiores por existencia de plazas vacantes.
Deseando sea un excelente curso escolar
El Claustro de Profesores y Profesoras